La salida de Mazars como auditor de Binance deja sin respuesta algunas preguntas sobre cripto

El viernes la empresa de auditoría Mazars, que había publicado el informe de pruebas de reserva de Binance y otros exchanges, cortó sus vínculos con clientes de la industria de criptomonedas.

AccessTimeIconDec 19, 2022 at 6:42 p.m. UTC
Updated Dec 19, 2022 at 10:36 p.m. UTC

Tras el colapso del exchange de criptomonedas FTX el mes pasado, la industria se ha estado preguntando si se puede confiar en las finanzas de los demás destacados representantes. Y, con el hecho de que de repente los auditores profesionales están abandonando el espacio, parecería que esas preguntas permanecen en el aire.

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Binance, el exchange de criptomonedas más importante por volumen de trading, buscó apaciguar las preocupaciones que nacieron producto del rápido descenso a la quiebra de su rival FTX y anunció que publicaría datos sobre su prueba de reservas. Aunque no son auditorías convencionales, estos informes describen la cantidad de criptomonedas que posee un exchange con el objetivo de disipar los temores sobre el paradero del dinero de los clientes.

De hecho, el informe sobre la prueba de reservas de Binance sí se publicó, solo que luego fue retirado el viernes cuando la empresa de auditoría contratada, Mazars, anunció que ya no trabajaría con empresas de criptomonedas. Mazars también había estado trabajando con Crypto.com y KuCoin.

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Mazars era uno de los pocos auditores, junto con Grant Thornton y BDO, que estaba trabajando con empresas privadas sin regulación en el sector de criptomonedas para asegurar la transparencia. Y ahora hasta la empresa francesa ha dado marcha atrás.

“Estoy un poco sorprendido de que el público y los reguladores por fin están descubriendo que sus exchanges centralizados favoritos [CEX] tienen estructuras corporativas increíblemente complicadas y, como estamos aprendiendo ahora, libros contables que no se pueden auditar”, dijo Joseph Collement, asesor legal de Bitcoin.com.

Mazars le comentó en un email a CoinDesk que estaba poniendo en pausa el trabajo con clientes de criptomonedas de todo el mundo debido a “preocupaciones que tienen que ver con la manera en que el público entiende estos informes”.

Binance y muchas otras empresas de criptomonedas son privadas, lo que significa que no acostumbran a publicar información financiera, por no decir que no lo hacen nunca. Por eso la información sobre la prueba de reservas que tan poco duró había sido bienvenida por el sector.

Los ahora retirados informes publicados por Binance y Crypto.com habían sido malinterpretados como auditorías reales; es decir, controles y evaluaciones imparciales sobre los estados financieros de una empresa. Pero, en realidad, no son más que un ejercicio de comparación que consiste en relacionar los activos de los clientes registrados en la base de datos interna del exchange con las entradas en la blockchain pública, según Francine McKenna, profesora de contabilidad financiera en Wharton School de la Universidad de Pennsylvania.

Esto llevó a la confusión dentro de la industria y a la suposición de que esos exchanges realmente tenían los activos que decían tener, que necesariamente no es el caso dado que el exchange podría haber seleccionado específicamente los activos verificados por el auditor.

En teoría, es sencillo auditar pruebas de reservas, afirmó Collement. “Cuando un activo de criptomonedas se deposita en una cuenta destinada para un usuario específico, el CEX debería mantener ese activo 1:1 en nombre del usuario”.

Sin embargo, muy pocos CEX se adhieren a estos procedimientos, aseguró. “Una vez que se mezclan los fondos de los clientes o los fondos de los clientes con los de la empresa, la auditoría se vuelve extremadamente complicada”.

Esto también sucede porque los activos podrían estar en otras criptomonedas en lugar de en dólares estadounidenses, lo que añade otra capa de complejidad. Además, “la prueba de reservas tiene muy poca validez sin una prueba de pasivos”, aseguró.

Esto es un problema, porque aunque estos informes demuestran que hay activos suficientes para apoyar el valor de mercado de varias stablecoins o reservas para respaldar los activos de los clientes, no tienen en cuenta la solvencia de los prestatarios de los préstamos que se incluyen como activos. También identifican y valoran las obligaciones que el emisor de la stablecoin o exchange puede tener con terceros y que podrían acabar con el valor de esos activos.

“Elegir hacer cualquier trabajo, especialmente una auditoría real, con empresas relacionadas con las criptomonedas representa un riesgo muy alto”, señaló McKenna. “No estoy segura de si estas empresas evaluaron completamente los riesgos de aceptación y continuidad de estas relaciones para su reputación y responsabilidad legal”.

Hace mucho tiempo que las empresas de criptomonedas vienen prometiendo a sus clientes que publicarán auditorías de forma regular para brindar una especie de seguridad y transparencia. Pero muy pocas han mantenido esa promesa y la mayoría ha argumentado que simplemente es muy difícil conseguir un auditor para trabajar.

“Mazars está intentando reducir su perfil de riesgo”, dijo RA Wilson, jefe de tecnología de 1GCX. “Es probable que su equipo haya descubierto que no tienen personal suficiente y que no poseen los conocimientos necesarios sobre la industria de las criptomonedas para llevar a cabo una auditoría tan exhaustiva”.

Sin embargo, la salida de Mazars no significa que los auditores convencionales no puedan examinar los libros contables de las empresas de criptomonedas. Por ejemplo, Coinbase es una empresa que cotiza en la bolsa de Estados Unidos y como tal está obligada a publicar informes completos sobre sus finanzas que están auditados por una de las principales compañías contables del mundo: Deloitte.

Las empresas importantes de auditoría “prefieren trabajar con grandes compañías pre-IPO o públicas”, destacó McKenna. “Aquellos que quieren hacer algo nuevo o más arriesgado suelen verse frenados por un montón de chequeos y balances que gestionan la responsabilidad en la empresa”.

Empresas como Mazar, Grant Thornton o el auditor de Tether, BDO Milan, han visto la oportunidad para hacerse un lugar en la nueva industria, dijo.

“Creo que esta ‘pausa’ de Mazars creará un efecto escalofriante”, afirmó McKenna. “El hecho de que FTX haya tenido auditorías significa que alguien está comenzando a pedir más garantías. Ahora se convirtió en un grito de ayuda muy fuerte, y dudo que las grandes cuatro empresas [de auditoría] den un paso al frente y se hagan cargo”.

Este artículo fue traducido por Natalia Paulovsky.

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